jueves, 8 de mayo de 2014

Semblanzas: Maica Bermejo.

 
"Semblanzas", sección en la que descubriremos a los escritores de "Perdidos. Un lugar para encontrar", junto a un retrato realizado por el director Demian Ortiz.
 
MAICA BERMEJO MIRANDA  (Guadix, Granada, 1951)  Escritora autodidacta y compulsiva. Escribe poemas relatos y cuentos, refleja con un lenguaje directo y sencillo vida y sentimientos como una necesidad vital "Nada hay más fascinante que dejar la palabra en libertad dueña absoluta de su destino".

Conocí los primeros poemas de Maica a través de las redes sociales, donde conectaba con distintos grupos de escritores que enriquecen, potencian y dan un impulso definitivo a su creación. Poco más tarde, la suerte me llevó a conocerla en persona en la exposición en la que inicié el proyecto de retrato fotográfico, y posterior germen del documental que ahora nos ocupa. En él, ocupará el espacio de los escritores inéditos junto a Javier Vayá.
Actualmente ha colaborado en la antología "Seda y Fuego" y en las revistas literarias "Hankover", "Acantilados de Papel",   "Culturamas""Excodra". Su poesía, parte fundamental de su obra, se mueve entre luces y sombras. La calidez de su voz, se extiende a la frescura de sus poemas, en un claro contrapunto con el vértigo que reflejan sus palabras.
Por ello, decidimos que el retrato debería realizarse precisamente entre los claroscuros de los que bebe cualquier poesía escrita verdaderamente con el alma. Improvisando en un concurrido espacio que desemboca en El Parque del Retiro de Madrid. Maica nuevamente volvió a regalarnos la generosidad de su mirada. Que no es otra, que la mirada de una poeta para quien no se conjuga el futuro, sino el presente. Un presente siempre repleto de luces entre las sombras.
A continuación, os dejamos con dos breves pero intensos ejemplos de prosa "Al hombre gris que recorre las esquinas" y de verso "Bosque para refugiarse".


AL HOMBRE GRIS QUE RECORRE LAS ESQUINAS

Hacia dónde dirigir los pasos cómo retornar después del largo viaje. La piel brillante y negra se ha vuelto cenicienta retenidos al fondo de los ojos los paisajes de luz, en esta noche negra no brillan las estrellas, partió en busca de otra vida a la ciudad de lluvia y cemento, le cobijan unos árboles plantados por nadie nacidos de la simiente generosa que cabalga por el aire tras la tapia metálica en el solar terroso. Pasa los días solo, abatido, hace tiempo que abandonó toda esperanza, arrastrando los pies deambula durante horas con la mirada perdida. Nadie espera su llegada, no hay cánticos ni tambores, no hay niños en torno a la hoguera, no hay fuego que le caliente ni esposa batiendo la mandioca, tan solo su pequeño refugio permanece, el instinto le empuja cada día a arrastrar su cuerpo tullido por los golpes del destino, abandonó su país en pos del sueño de la tierra donde mana la miel, llegó no sé cómo ni desde dónde, cambió los amplios horizontes por la choza de maderas y cartones oculta tras la valla de la obra que no empieza nunca en el solar baldío que el tiempo y la vida han puesto a su paso entre árboles espontáneos.


                                     Al otro lado de la calle
                                     tras la provisional tapia
                                     los árboles
                                     penachos enhiestos suavizan con su verdor
                                     el entorno sombrío
                                     donde el frío descarna con su zarpa de hambre
                                     y la rabia muerde con saña
                                     atrás quedó la tierra de palmeras
                                     los amplios horizontes, desierto y arena
                                     atrás quedaron los sueños
                                     en largas horas de silencio rumias las esperanzas rotas.
                                     De dónde vienes hombre gris



BOSQUE PARA REFUGIARSE

Perdidos entre las hojas
sabia de fuego y de frío
lumbre espanto añoranza
temblor ausencia. Destino.

Perdidos entre las hojas
del invierno presentido
aullan en grito a la noche
amamantando delirios.

Perdidos en laberintos
desabrochan el corsé y
rompen con su voz los muros
extrañados de sí mismos.

Perdidos en la locura común
que pervierte sus sentidos
y que emborracha neuronas
convulsionando latidos.

Perdidos en otros mundos
gozan escribiendo libros.
 
 
 
Maica actualmente escribe en: "Al sur de los tambores""Luces y sombras"
 

domingo, 4 de mayo de 2014

El magazine cultural "The Church of Horrors" entrevista al director Demian Ortiz.

 
Demian Ortiz es un joven fotógrafo que trabaja con artesanía el retrato fotográfico, y es capaz de aunar todo ese mundo en la producción y dirección de documentales. Hablamos con él de su próximo documental «Perdidos», y del fascinante mundo de la fotografía y la situación actual de ésta en cuanto a disciplina artística. Interesante entrevista que tenemos el gusto de compartir en esta humilde sección de musarañeros. Por Xisco García.

TCoH: Hola Demian, bienvenido a la Congregación de los Horrores. ¿Cómo estás?
¡Hola TCoH! Antes de nada quisiera agradeceros la invitación a formar parte de este magazine cultural que estáis llevando a cabo.

TCoH: Ahora mismo estás inmerso en el rodaje del largometraje documental Perdidos. Un lugar para encontrar. ¿Qué tal está yendo el proyecto?
Sí, así es. Junto a Borja Donoso estoy dirigiendo "Perdidos. Un lugar para encontrar", un retrato directo y frontal de la Generación Perdida de la literatura española. Acabamos de lanzar recientemente el teaser y la web oficial del proyecto, con muy buena acogida por el público. Estamos buscando nuevos apoyos y sinergias en forma de patrocinios y coproducción para poder continuar rodando este bello viaje de cine y literatura.




TCoH: El documental recoge el testimonio de distintos autores y escritores contemporáneos, en un intento de restablecer un impulso generacional, que permita la regeneración cultural del país. ¿Tan mal estamos para tener que hablar en esos términos?
La cultura es uno de los grandes damnificados en los periodos de crisis económica, social y política como los que estamos viviendo. Pero es un problema general, que lleva tiempo instaurado en nuestra sociedad y que afecta a todos los núcleos que la conforman. No se apuesta por nuevas propuestas sociales, ni culturales. Lo cual denota falta de competitividad, además de la gran desmotivación del propio público, que anhela proyectos creativos e innovadores que no ofrezcan los clásicos planteamientos. Por no hablar de los riesgos que supone poder caer en el gran vacío intelectual de las futuras generaciones por falta de claros exponentes culturales.

TCoH: Estos autores atesoran una calidad literaria indiscutible, y aún así son desconocidos por el gran público, ¿crees que el documental va a cubrir esa falta de visibilidad? ¿Va a servir para crear conciencia de la existencia de un grupo de escritores que quieren ocupar su sitio?
La intencionalidad del largometraje es precisamente esa. Mostrar la falta de visibilidad, cómo (sobre)viven entre la realidad de sus ficciones y la de la cotidianidad de sus vidas. Una realidad que está repleta de las inquietudes, conflictos y silencios a los que se enfrenta a diario cualquier artista, por lo que es extrapolable a muchos otros campos.

Apostar por su historia puede crear una importante conciencia entre un público actualmente más próximo a la literatura de consumo rápido. Será consciente que otra literatura es posible y que se está haciendo en estos mismos momentos. A partir de ahí, si se abre el camino a otros autores, o incluso a otros sectores del ámbito cultural, será algo maravilloso. Nosotros en este caso, actuamos como cronistas de la vida de una generación de escritores, cuya mayor motivación no es ocupar un sitio en la Historia de la Literatura, ni el sitio de ningún otro escritor ya consagrado. Ahí es donde reside su mayor grandeza. Su principal motivación es escribir para aportar su mirada a la sociedad. Y por ello sacrifican su comodidad económica a la quimera de poder vivir mínimamente de sus letras, pero sin perder nunca su esencia literaria y humana.



TCoH: ¿A qué os referís cuando definís a este grupo de escritores como «Autores perdidos»? ¿Qué relación o paralelismo tiene con la denominada «Generación Perdida» de escritores estadounidenses?
La definición de autores perdidos surge de forma totalmente espontánea, mientras trabajo en mi proyecto de retrato fotográfico de escritores. Fue una forma de agrupar a distintos poetas, novelistas y ensayistas que llevan años pasando de forma invisible delante de nuestros ojos en las estanterías de las librerías. Según fui avanzando en el proyecto fotográfico, comencé a descubrir las conexiones que tenían entre ellos, las similitudes de sus carreras, sus influencias, sus anhelos y problemas. Así nació la necesidad de indagar más aún en sus vidas a través de una crónica documental.

En cuanto a la relación con la Generación Perdida estadounidense, es cierto que es la influencia literaria, junto con la Generación Beat, más importante de la que beben nuestros autores. Faulkner, Hemingway, Steinbeck, Fitzgerald, etc., son grandes referencias para nuestros escritores. Ya que como los estadounidenses practican una literatura alejada de los corsés academicistas, mostrando una clara postura inconformista y un fuerte compromiso social. En el caso de los Beat, las influencias y las referencias a Kerouac, Ginsberg, Cassady, Burroughs… junto al realismo sucio de Bukowski son incluso mucho más evidentes a lo largo de sus obras. Al igual que ellos, convierten la literatura en su único refugio en el que compartir su trayectoria vital. Llegando incluso a dedicarles varios ensayos y antologías de poesía y relato.

TCoH: Hace unos años se habló mucho de la «Generación Nocilla», con ilustres como Agustín Fernández-Mallo, y el genial ensayista y novelista Eloy Fernández-Porta, aunque todo quedo como una etiqueta de la crítica cultural y académica que ha tenido pocos adeptos. Algunos de los autores del documental, por edad, pertenecen a la misma generación que los que conformaron esa nueva corriente. ¿Qué similitudes hay entre la «Generación Nocilla» y la generación de «Autores Perdidos»?
En nuestro caso, no hemos creado "Perdidos. Un lugar para encontrar" para etiquetar como «autores perdidos» a toda una generación desde el punto de vista de la crítica. Ni mucho menos con la idea de inventar una nueva «Generación Nocilla», ni otra similar. Aunque es evidente, como bien dices, que al ser autores coetáneos puedan existir similitudes entre ambas generaciones, como el uso de blogs, o que publiquen en fanzines, revistas y editoriales minoritarias. Más allá de eso, creo que difieren bastante en cuanto a intereses, forma e influencias. En cualquier caso, creo que debe ser el lector quien lea y opine.




TCoH: El documental parte del trabajo en equipo de varios profesionales de lo audiovisual, bajo el paraguas de Babel Estudio, en Madrid, al cual pertenecéis. ¿Cuál es el motivo para que crearais Babel Estudio?
Fundamos Babel Estudio en Madrid en el 2006, combinando el talento de jóvenes creadores de perfil emprendedor, en las áreas de diseño, imagen y web. Con la idea de crear un estudio dinámico y multidisciplinar que desarrollara trabajos de componente comunicador e innovador para las industrias audiovisual, discográfica y editorial. Poco a poco, hemos ido evolucionando hasta involucrarnos en la producción de varios cortometrajes y el largometraje documental en el que nos encontramos inmersos.

TCoH: Tú eres fotógrafo ante todo; y en el documental se puede advertir tu poso como artista de la imagen. ¿Qué sensaciones te deja el estar a los mandos del proyecto documental como director, productor y guionista?
Está siendo una experiencia muy enriquecedora. Tengo la suerte de trabajar con un gran equipo técnico y humano, muy comprometido y concienciado con la historia. Y con la sensibilidad cinematográfica que quería impregnar para cada una de las experiencias vitales de los escritores. Desde el inicio del proyecto decidimos apartarnos de los conceptos meramente descriptivos tan frecuentes en los documentales de televisión. E impregnar a la narrativa del largometraje y a la plástica fotográfica, de una importante personalidad que se alejase de la realización típica de un documental al uso.

Para ello, hemos basado todo el documental en conceptos cinematográficos sencillos, pero de aspecto visual llamativo: una seductora textura en blanco y negro que se amolda, y potencia la contrastada historia de luces y sombras de nuestros escritores, aprovechar al máximo toda la fuerza expresiva de la luz, composiciones estilizadas, una estructura de la historia que permita al espectador acercarse poco a poco a los personajes en sus distintos niveles de realidad, etc. Es decir, le hemos dado la misma importancia a lo que sucede en pantalla, que a cómo mostrar lo que sucede.

TCoH: Tu trabajo como fotógrafo gira en torno al retrato como expresión artística. ¿Por qué te has decantado por este estilo frente a otro tipo de fotografía más comercial?
Efectivamente, el retrato sobre el papel puede parecer menos comercial que otros géneros. Pero no tiene que ser así. Puede orientarse a sectores más comerciales como el editorial o discográfico, como has podido ver. Pero principalmente me decanté por este género, porque te permite conocer en cada trabajo a distintas personas. Estar muy próximo a ellas y sobretodo vivir experiencias detrás de la cámara muy diferentes a otras suertes de la fotografía. Esa cercanía te deja un poso muy importante en lo personal, que te marca y te va definiendo poco a poco como persona. Eso es lo realmente maravilloso y lo que me da la vida como fotógrafo.




TCoH: El retrato, como bien sabes, tiene como finalidad la descripción de las cualidades físicas y morales de la persona fotografiada. Cuando contemplo tus retratos noto un halo de profundidad y de introspección en los retratados, casi como si pudiéramos notar su carácter, sus miedos, sus inquietudes…
Me alegra que hayas sentido eso al ver mi trabajo. Cuando fotografío retrato, independientemente de que la persona a la que me enfrento con la cámara sea un artista o no, realizo una búsqueda en el interior de su personalidad. Lo principal es ser sincero y honesto con el retratado. Y debes sentirte próximo a él para poder estudiar sus rasgos, sus gestos y encontrar el interior de cada uno. Normalmente, las personas, cuando nos enfrentamos a un fotógrafo, no a una cámara, solemos examinarnos para dar la imagen que nosotros pensamos que somos. Para mí un buen retrato es aquel en el que disparas en el momento en el que este proceso de búsqueda está sucediendo. En el instante de incertidumbre que vive el retratado mientras realiza una introspectiva de sí mismo y se muestra casi sin querer como en realidad es.

TCoH: Me han llamado mucho la atención las miradas de los retratados. ¿Es la mirada uno de los secretos de un buen retrato fotográfico?
Sí, totalmente. La mirada es la conexión entre el retratado, el fotógrafo y en el futuro con el espectador. La mirada de un retrato no miente. Es el elemento que hace que al observar la imagen te preguntes quién es esa persona, por qué está haciendo lo que hace y por qué está sintiendo lo que siente.





TCoH: Uno de los artistas que tuvimos el gusto de entrevistar en el pasado número (Salva Rubio, ndr.) aparece en tu documental, y le preguntábamos como estaba el panorama para los guionistas, aquí en España; así que no he podido resistirme a preguntarte sobre cómo está la situación del fotógrafo hoy en día, para que nuestros lectores tomen conciencia de vuestro trabajo y vuestro esfuerzo.
Las profesiones que están ligadas al mundo de la imagen por lo general no suelen estar muy valoradas. Y como apuntaba el propio Salva, es cierto que siempre parecen estar en crisis. La gente normalmente piensa que no requieren de mucho esfuerzo. Cómo te gusta, todo es espontáneo. Cuando realmente sucede lo contrario. Te esfuerzas mucho más en planificar y en cuidar los detalles técnicos, para luego volcarlos con pasión en el proyecto. Además, con la llegada del digital a la fotografía y al cine, aunque nos ha facilitado mucho el trabajo y ha servido para abaratar ciertos costes, ha supuesto también una falsa democratización de la imagen, generando muchas veces un todo vale, donde siempre gana la inmediatez de una imagen rápida, a una imagen que transmite y cuenta algo.

TCoH: Como amante de la fotografía. ¿Cuáles son tus referentes?
Mi principal referente es mi padre. El me regaló la profesión más bella del mundo: la fotografía. Me acercó al trabajo de Nadar, Ansel Adams, Eugene Smith, Robert Capa y Cartier-Bresson y tantos otros maestros. No es un fotógrafo conocido, pero para mí es una de las personas que más sabe de fotografía y que más la ama.

Otros referentes claros desde hace ya algunos años son los fotoperiodistas Gervasio Sánchez y Christine Spengler, por su increíble honestidad detrás de la cámara. Aunque también destacaría el trabajo de Manu Bravo, Pep Bonet, etc. Igualmente, soy un gran apasionado de Richard Avedon y Anton Corbijn (fotógrafo y cineasta) cuyo magnífico trabajo como director de la película Control ha supuesto un importante referente visual para el documental. Y por supuesto, nuestro director de fotografía Angel Sáenz.

TCoH: Aparte de la fotografía, ¿qué otras inquietudes o aficiones tienes?

Bueno, ahora mismo, además de la realización del documental, estoy inmerso en la dirección de fotografía de un par de cortometrajes. Mientras, continuo avanzando en la realización del proyecto fotográfico de retrato de escritores, para el que estoy buscando editorial. También me gustaría en algún momento poder sentarme a escribir una historia que me ronda desde hace tiempo en la cabeza, aunque no he definido aún si en forma de guión o de novela.

TCoH: Ha sido un placer hablar contigo. Desde The Church of Horrors te deseamos que tengas mucha suerte con tu largometraje documental y que sirva para conseguir esa ansiada regeneración cultural que tantos andamos exigiendo.
Igualmente. Muchas gracias a vosotros por haceros eco de nuestro documental. Queremos continuar avanzando en su producción, y conseguir que el público pueda reflexionar sobre las realidades que acontecen a esta generación de artistas que permanece en el anonimato.


Otras entrevistas de Xisco García

Pies de foto:

[Imagen principal] Demian Ortiz (Babel Estudio) Demian Ortiz. Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información en documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu.


[Segunda imagen] Demian Ortiz (Babel Estudio) Victoria Vázquez, escritora de «White creek manor» y blogguer. Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información en documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu.

[Tercera imagen] Demian Ortiz (Babel Estudio) Pablo Cerezal, autor de la obra de culto «Los cuadernos del Hafa» y blogguer. Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu.

[Cuarta imagen] Demian Ortiz (Babel Estudio) Oscar Solsona, autor de «La superficie del pájaro» y uno de los culpables de la radiopoética «Sopa de poetes». Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información en documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu.

[Quinta imagen] Demian Ortiz (Babel Estudio) Guillermo Roz, escritor de «Les ruego que me odien» y «Tendríamos que haber venido solos». Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información en documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu.

[Sexta imagen] Demian Ortiz (Babel Estudio) Alex portero, autor entre otros de «Música silenciosa» y «Fantasmas». Fotografías de Demian Ortiz, pertenecientes al proyecto fotográfico Perdidos. Un lugar para encontrar. Dicho proyecto forma parte del largometraje documental en fase de realización, acerca de la Generación Perdida de la literatura española. Mas información en documentalperdidos.com, https://facebook.com/documentalPerdidos y https://twitter.com/perdidos_docu. 
 
 
 

martes, 22 de abril de 2014

Semblanzas: José G. Cordonié.


Inauguramos "Semblanzas", sección en la que descubriremos a los escritores de "Perdidos. Un lugar para encontrar", junto a un retrato realizado por el director Demian Ortiz.
 
JOSÉ G. CODORNIÉ (La Coruña, 1967)  Inventor de ficciones, que lleva a la realidad en forma de relatos, novela, poesía o cómic.

 
Comienza a escribir en su juventud, y desde entonces no deja de hacinar sus manuscritos y dibujos en estantes y cajones, a pesar de que pronto es consciente de la dificultad de ganarse la vida con las letras, por lo que comienza una vida profesional entre estadísticas, estrategias y proyectos tan alejados de las letras. José G. Cordonié supo también que no era Blake, ni Kafka, ni Bukowski, ni Lovecraft, ni Dylan Thomas, y se vio lejos de ellos, aun sintiéndolos tan cerca, razón por la cual decidió buscar otros subterráneos de la fantasía donde adentrarse para dejar sus huellas de tinta y de emociones.
 
Escribe “La Negra Luz del Círculo Oscuro” finalista del Premio Vivendia - Villiers de Relato. Su poemario, “Las Baladas de Morotropium” (Ediciones Oblicuas) fue finalista del Premio La Nunca Poesía. Recientemente su novela “26 [Veintiséis]” (M.A.R. Editor) ha resultado ganadora del III Premio Wilkie Collins de Novela Negra. Ha colaborado en las antologías de relatos “Demasiado viejo para el rock & roll (demasiado joven para morir)” (Ediciones Irreverentes) y “Antología de Nueva York” (M.A.R. Editor), en el fanzine Vinalia Trippers "Spanish Quinqui", y ha realizado el mini-cómic que ilustra el disco “Polvo de Estrellas” del grupo Scopitones.


A continuación os dejamos con "Invisibles" uno de sus últimos poemas dedicado a todos los escritores de la Generación Perdida de la Literatura Española.

INVISIBLES
La vibración de una simple nota puede ser convertida en melodía por el eco. Reverberar en la sustancia de los días, batir el néctar del instinto y hacerlo palabra.

Palabras que con el tiempo pueden llegar a ser silencio, como palabras escritas con tinta invisible clavadas a la piel con puñales afilados por la piedra del sentimiento.

Para llegar al significado de la palabra, antes tienes que quitarle la piel a cuchillo, mondarla y despellejar la grafía hasta llegar al núcleo de la emoción que contiene.

Palabras colgadas en hilos invisibles al sol de la noche.

Libros abiertos al papel acribillado por la larga indiferencia, que fueron escritos con las manos desnudas empapadas en la tinta de la lucidez o la locura.

Literatura abierta en canal hasta destripar la noche y extraer su azúcar.

La literatura no es una, sino dos.
Es una feroz dualidad.
Siempre lo fue.

Nosotros
somos Invisibles,
atravesados por la palabra
y unidos por un hilo de tinta
subterráneo,

un camino de sombra hecha de luz de penumbra
donde nuestras letras apenas dejan huella
hasta perderse.

Nosotros
estamos perdidos
en nuestra invisibilidad

aun así caminamos la media luz
deshilachando el alma
para dejar un rastro hacia el laberinto
donde se cierren los caminos

o quizá se abran…
 
 

miércoles, 16 de abril de 2014

Entrevista al director Demian Ortiz en el Diario Último Cero.


Diario Último Cero  
"Retrato en blanco y negro sobre la generación perdida de la literatura Española".  Por Laura Fraile.
 
Los directores de cine Demian Ortiz y Borja Donoso están grabando un documental en el que participarán una docena de escritores españoles que tienen en común su trabajo al margen de los circuitos más comerciales.
 
Llevan publicando libros o participando en revistas y fanzines desde hace muchos años, pero la mayor parte de ellos siguen formando parte de un circuito subterráneo que continúa siendo ajeno para el público mayoritario. Ellos son José Ángel Barrueco, Vicente Muñoz Álvarez, Alfonso Xen Rabanal, Pepe Pereza, David González, Salva Rubio, José G. Codornié, Adriana Bañares, Pablo Cerezal, Álex Portero, Maica Bermejo o Javier Vayá, un grupo de escritores nacidos entre finales de los años 60 y principios de los 80 que han servido de inspiración para el documental `Perdidos. Un lugar para encontrar´, una iniciativa impulsada por dos cineastas madrileños.
 
Demian Ortiz, uno de sus directores, reconoce que la idea inicial fue realizar un proyecto de retrato fotográfico. "Empecé a fotografiar a escritores. Según fui avanzando, me puse a indagar en sus vidas. Poco a poco me fui dando cuenta de que muchos estaban conectados entre ellos y que tenían una serie de paralelismos. En ese momento decidí ampliar su historia hasta darla una forma de largometraje documental", señala este cineasta, que durante los dos años que lleva trabajando en este proyecto fotográfico ha podido reunir una veintena de retratos que desea ampliar hasta el medio centenar. "El hilo conductor de esta iniciativa es el deseo de descontextualizar a los autores. No se trata de hacerles la típica foto en su biblioteca, su casa o junto a su ordenador sino de llevarles a otros espacios relacionados con lo que escriben y su manera de escribir", continúa este director de cine madrileño.

Algunos de estos escritores retratados formarán parte del documental `Perdidos. Un lugar para encontrar´, un trabajo que pretende mostrar toda esa "literatura subterránea" que viene practicándose en España durante las dos últimas décadas. "Queremos aproximarnos a esa otra literatura que no es de consumo y que está alejada de los corsés academicistas. Todos los autores que queremos incluir muestran una postura inconformista ante la vida, tienen un gran compromiso social y han sido influidos por la generación beat. Nuestra intención no es que Perdidos se quede en un documental de realización clásica con entrevistas. Nuestra idea es presentar a cada autor en un espacio sugerente a través de una pequeña ficción que nos permita hacer un seguimiento a sus lugares comunes", adelanta Demian, quien explica que en el documental también quieren recoger las impresiones de los editores Ricardo Moreno (Lupercalia) y Antonio Huerta (Origami), responsables de dos editoriales que acostumbran a publicar el trabajo de estos autores.
Por el momento Demian Ortiz y Borja Donoso han realizado varias jornadas de rodaje de las que ya se puede ver un teaser. Su idea es recorrer ciudades como Valencia (donde se encontrarán con Maica Bermejo y Javier Vayá), León (localidad en la que se publica la revista Vinalia Trippers y donde trabajan los escritores Vicente Muñoz Álvarez y Alfonso Xen Rabanal) o Gijón (la ciudad en la que nació y donde sigue viviendo el poeta David González). A estas localizaciones sumarán Logroño (donde entrevistarán a Pepe Pereza y Adriana Bañares), Madrid (donde recorrerán sus calles en compañía del poeta zamorano José Ángel Barrueco y del madrileño Salva Rubio), Toledo (donde vive Álex Portero) o Tánger (hasta donde viajarán para encontrarse con Juan Goytisolo).
 
Los directores de este documental, que cuentan con entidades colaboradoras como el Instituto Cervantes de Tánger, el diario infoLibre o el bar Diablos Azules, están abiertos a recibir nuevos apoyos que permitan financiar su proyecto. Una vez realizado, tienen la intención de mostrar el resultado en salas comerciales así como dentro de festivales de cine de carácter nacional e internacional. También tienen previsto realizar una serie documental para televisión sobre este tema, a lo que se sumará la publicación de un libro que incluirá los retratos de estos escritores y algunos de sus poemas.
 
Para acceder a Último Cero haz clic aquí 
 

lunes, 14 de abril de 2014

Artículo de la revista Cameraman sobre "Perdidos. Un lugar para encontrar"

 
Revista de Técnica Cinematográfica CAMERAMAN.
Artículo Rodaje Documental "Perdidos. Un lugar para encontrar"

La edición española de la revista  de técnica cinematográfica Cameraman en su nº 74 nos dedica un completo artículo de una página, sobre el rodaje y la producción que estamos llevando a cabo con nuestro largometraje documental "Perdidos. Un lugar para encontrar."  A continuación os dejamos el link para que os descarguéis el artículo. ¡Qué lo disfrutéis!


Para descargar el articulo haz clic aquí 






© Cameraman Mag

Teaser "Perdidos. Un lugar para encontrar".

 
Teaser del largometraje documental  "Perdidos. Un lugar para encontrar". Un retrato directo y frontal de la Generación Perdida de la Literatura Española.

A lo largo del siglo XX, distintos grupos de literatos estadounidenses se sintieron perdidos por crear una suerte de literatura muy alejada de los corsés academicistas. Dos ejemplos que lo ilustran son los de la Generación Perdida y la Generación Beat quienes expresaron su inconformismo a través de obras muy alejadas de los cánones academicistas, sociales y políticos de su época.

Hoy, en España, acontece algo similar. El documental narrará como un nutrido grupo de escritores hacen de sus obras una forma de revolución silenciosa pero imparable, invisible en los márgenes de la cultura comercial de libros de rápido consumo. Ocultos para el público en general, pero fundamentales en la literatura de vanguardia de los últimos 20 años en nuestro país. Perdidos en su amor por la letra impresa y en las notas a pie de página de la torpe Historia de la Literatura Contemporánea.

Más información relativa al proyecto:
 
 
 
 

Autores: "Días de ruta" de Vicente Muñoz Álvarez en Punto de libro

Días de ruta
Vicente Muñoz Álvarez
Ediciones Lupercalia

Este leonés, poeta y narrador incansable, ha publicado obras de géneros tan variados como el ensayo, el relato, la novela o, cómo no, la poesía. Pero este “zapatero prodigioso” también ha coordinado antologías, ha aparecido en otras, y dio vida hace ya unos años al equipo que gobierna esa nave maravillosa, llamada Vinalia Trippers, que cada cierto tiempo surca las procelosas aguas de la cultura independiente de este país.

El listado de sus obras rebasa con creces el espacio disponible para esta entradilla. Ciñéndonos solo a aquellas que hemos reseñado en esta revista, citaremos el libro de relatos Los que vienen detrás (DVD Ediciones, 2002), los poemarios Canciones de la gran deriva (Origami, 2012) y Animales perdidos (Baile del sol, 2012), o Marginales (Excodra, 2013), donde sus relatos más inquietantes se acompañan de las magníficas ilustraciones de Mik Baro.

Su nuevo poemario, Días de ruta, si se lee con detenimiento, cerrando los ojos entre poema y poema, se convierte en una road movie infinita. En ella, el protagonista viaja de motel en motel, de ciudad en ciudad, llevando a cuestas una maleta real, llena de muestras, de zapatos para vender, y otra metafórica donde se aprietan nostalgia, poesía, desencanto y esperanza.

Nos encontramos quizá ante el poemario más íntimo de este autor, una obra que traza un círculo perfecto con la vida del poeta y el hombre. Una vida cíclica en la que esos Días de ruta son un paréntesis obligado, una pausa en el oficio de escribir, necesaria para la subsistencia, pero demoledora para el alma.

El poemario recorre las cuatro estaciones del año, en que se van alternando la obligación del representante de zapatos y la devoción del poeta. Empezamos con el otoño, y lo primero que percibimos es la oscuridad desde la que escribe el autor. Sin llegar al fatalismo, hay pesimismo, desesperanza. Arde Babilonia sirve, además de como presentación del poeta, para introducir ese pesimismo, esa certeza de que esto, la sociedad basada en cifras comerciales, cotizaciones, primas, intereses y dividendos se hunde, que el mundo mentiroso que nos explicaron, además de estallar ante nuestras narices, amenaza con arder hasta los cimientos. Leemos Perdidos, donde se condensa perfectamente la visión del autor de este momento de crisis, no ya económica, sino sobre todo de valores; casi una crisis humanitaria. Pero también encontramos en el citado Arde Babilonia el primer indicio de la esperanza que contra todo pronóstico quiere mantener el autor, que espera encontrar en algún momento en algún lugar, el mítico camino de baldosas amarillas. El poeta se disfraza de hombre de negocios, vive cada día una impostura que le obliga a abandonar su realidad y sus sueños para adentrarse en un mundo ajeno y frágil, el de la mercancía, la venta, el negocio, esa Selva que da título a otro de sus poemas.

Con la llegada del invierno el poeta vuelve a casa, e intenta olvidar los zapatos, las visitas y las ventas, recuperando la compañía de su pareja, los amigos, la poesía, y ese bosque que se transmuta en la utopía del poeta, cual si de otro Thoreau se tratase. Pero también ahora aparecen las dudas. Futilidad plantea las preguntas que el autor se hace sobre el sentido su trabajo, no el del disfraz, el de comercial, sino el real, el de poeta. ¿Para qué escribir, si casi nadie lee? –”si apenas nadie (me) lee”, dirá en Bosque animado, casi al final del volumen–, se pregunta. Cierto, casi nadie lee, y aún menos se lee poesía. Pero el poeta, los poetas que escriben pese a no vivir de ello, encuentran en ese oficio lo que ningún otro podría ofrecerles, dignidad. Por ello, como leemos en Ilusión, el poeta resurge de esos momentos oscuros, de esas cenizas a que queda reducido tras incendiarse con el combustible de las dudas y la desesperanza.

Con la primavera regresa la zozobra, esa vida ajena de la carretera, ese Extrañamiento que da título a uno de los poemas de esta tercera parte, a la maleta tan llena de mercancía que no deja espacio para la poesía. Y sin embargo, de esa zozobra nacen poemas, incluso algunos de ellos tan musicales como Reflejos. En este bloque encontramos el que, a nuestro juicio, es el meollo de este poemario. En unos versos plagados de cifras, encontramos el balance, la cuenta de resultados de la vida. Es el poema que podría perfectamente haber subtitulado este volumen: Poética. En él, el autor nos recuerda -o se recuerda a sí mismo- que si pasa un tercio de su vida mostrando muestras, intentando conseguir una venta, es “.../ a cambio de / escribir poemas.

Llega al fin el verano y el poeta vuelve a su hogar, a sus libros, sus películas, su bosque, sus paseos con su perra. En esa época que invita al ocio, el poeta debe buscar la concentración, imponerse una disciplina de trabajo para escribir pesé a la Abulia o la Hipocondría, pese al Vacío que le provoca no encontrar la palabra justa en el momento adecuado. Porque siempre acaba apareciendo la Magia, y las palabras vuelven a encajar en sus versos. El ciclo se cierra y pronto regresarán los Días de ruta. El poeta asume volver a empezar esa rutina, consciente de que esa otra existencia que le da de comer es el contrapunto necesario a ésta, la de la literatura, que le da de vivir.